jeudi 27 mars 2014

De que callada manera


 for nothing and nothingness



Y para qué?



  - para los animales -








BREED









- para los deportistas -








turning in circles









- para lo que no siempre se ve -



auf eigene hoffnung


silberdistel


Sich zurückhalten
an der erde
Keinen schatten werfen
auf andere
Im schatten der anderen
leuchten                                                                                                        


aux risques et espoirs

Chardon argenté


S’en tenir
à la terre
Ne pas jeter d’ombre
sur d’autres
Etre dans l’ombre des autres
une clarté

Reiner Kunze





"La pensée qui est parvenue à la véritable profondeur est humble. 
Sa seule préoccupation est que la flamme qu'elle entretient brûle du feu 
le plus ardent et le plus pur, 
et non de savoir jusqu'où pénètre sa vérité."

Albert Schweitzer


lundi 17 mars 2014

Una telenovela de cacerolazo


para las voces sin tabú








- Ahí viene...

- ¿Cuántas veces desde la primera vez? ¿10? ¿100? Y solo las estrellas responden decentemente, dijo Alfredo, el tejano en visita prolongada.

- No sé, desde el mes de mayo que llegaste, muchas veces.
- Sí, verdad.
- Y muchas veces mas vendrán. Parece que la muchedumbre no se cansa de la cacerola, la tiene bien abrigada debajo de su corazón furioso y frustrado, respondió Yzamaría desde la cocina, buscando una cacerola y una cuchara, su fiel escudo y su temerosa espada ante su dragón político.

“¡Que sé vaya!” gritado por miles de voces despiertas por la angustia de un porvenir negro y hambriento, en honor al luto derrumbado de una plaza llamada Libertad. La frase tenia la fuerza de un mantra cantado una y otra vez a la cara del soberano testarudo. Pitos y campanas venían, acompañando la serenata de todos, a sus ventanas, balcones o puertas, antes que la gente se canse y se sienta de nuevo a ver la televisión: quien opinaba de nuevo, quien manifestaba o saqueaba. Nada del revolucionario instituido con el apoyo del pueblo, pero que perdía día tras día su revolución y su pueblo.

- Que tristeza... con tanta esperanza que había... ¿Será que las revoluciones mueren abortadas cuando hay democracia? Hoy en día, a nadie le gusta la violencia, aunque sea en palabras, uno se mete la mano con “tabú” escrito en rojo carmín frente a los ojos para no imaginar lo latente. No sé que es peor... la “gran” violencia clara o la chiquita que corre en las calles.
- ¡Ay! Mira, Alfredo, por favor, yo no quiero que empecemos de nuevo la misma discusión que ayer... Quiero escuchar lo que tienen que decir esta noche.
- ¡Pero todos los días es lo mismo, pero en peor!
- Nada que ver... cuidado que nosotros, los tranquilos ciudadanos que quieren soñar con loterías y telenovelas en vez de patéticas payasadas revolucionarias, estamos ganando la batalla.
- ¿Si eso te conviene, qué quieres que te diga?
- Escucha, otro buque parado. El paro no es un fracaso, eso te lo puedo asegurar. Las tiendas se están vaciando rapidito. Oye, mañana, ya no tendremos mucho que comer... y me harta en solo imaginar que tengo que hacer esa cola de nuevo para ir a comprar pan y leche. ¡Esto se está poniendo peor que lo post-bolchevique!
- Ya, esta bien, me voy a bañar. Llámame si el obtuso ha agredido a alguien con dignidad.
- Con dignidad... te llamaré en 100 años... ¿Porqué no me dices que me calle enseguida?
- Yzamaría... ¿Porqué quieres que te deje tranquila cuando hablamos de lo que el país está viviendo? ¿Es que no sabes enfrentar la realidad? No es mi culpa si ese pobre hombre ha perdido la razón.
- Pobre hombre... deja lo pobre de un lado y déjame lamer mis llagas de comunista en paz. Tengo el corazón roto y no quiero discutir, solo te quiero a ti.
- Ay...
- Ya, me hiciste sonrojear con esa mirada tuya, me voy.

(Caracas, diciembre del 2002)